No se puede vivir con miedo. El miedo -enmascarado en sus mil caretas y disfraces- es el verdadero causante de todo mal.
El miedo, impide que progreses o prosperes, te mantiene sujeto y aferrado al mundo que conoces, aunque te disguste tanto como todas esas costumbres que detestas; de modo que, mucho cuidado con la costumbre, es peligrosa porque crea: adicción! acude a dios a tu imaginación y tu poder de transformar -muy especialmente- cuando por causa de tus temores, tu energía está vibrando bajo y se ralentiza, densificándose y volviéndose sólida y fría; eso ocurre porque tu temperatura interna está bajando.
Eres energía. Una energía que al vibrar rápido es capaz de brillar con luz propia. Eres luz vibrando en la frecuencia de la tercera dimensión, en tu envoltorio de carne y hueso. Intensificas y avivas tu luz interior cuando eres feliz, cual luciérnaga en una noche de verano. Pero cuando el miedo se instala en ti y lo alimentas, permites que la alegría de vivir deje de centellear bajo la piel -algo que un ser "claro " es capaz de detectar sin aparato medidor alguno- y entonces es cuando llega la ayuda...si la pides!
Al igual que existe vida por cada planta y flor -a un nivel muy básico: “el elemental” justamente- también coexisten en este y otros mundos, creadores
que adoptan el aspecto de la comunidad a la que pertenecen, implicándose activamente en la capacidad de acción necesaria para construir un mundo más bueno, bello y benigno.
que adoptan el aspecto de la comunidad a la que pertenecen, implicándose activamente en la capacidad de acción necesaria para construir un mundo más bueno, bello y benigno.
Desde esta cercana distancia en la que encuentro, me comprometo semana tras semana, a interactuar contigo, suministrándote algunas herramientas, que pueden serte de utilidad para mejorar tu vida y la de tu entorno. Quiero que seas feliz! Ojalá encuentre en ti a mi flor. Tú decides si me adoptas o no: esa será mi suerte!
...Mi esperanza es: tu alegría!
Oswaldo Di Giorgi
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